Si bien prepararse académicamente con cursos o talleres es vital para crecer en el ámbito laboral, no hay que descuidar la parte emocional, el desarrollo de habilidades blandas, que las empresas priorizan cada vez más. Una forma de lograrlo es a través del mindfulness, término que se refiere al hecho de ser consciente y estar atento en el momento, tener atención o consciencia plena.

“El mindfulness es una forma no cognitiva y no lingüística de enfrentarnos de manera efectiva a las emociones, impulsos y pensamientos que se interponen. Es clave de un alto rendimiento”, aseguran Karolien Notebaert y Peter Creutzfeldt, autores del libro Mindfulness para mejorar tu rendimiento.

Con el mindfulness, las empresas pueden lograr que sus empleados tengan un alto rendimiento consciente, es decir, darse cuenta de todo lo que involucra, ser consciente de cada proceso que surge, de las forma de actuar y estar más en contacto con nuestro yo interno.

Empresas que ya han implementado el concepto son las universidades de Oxford, Harvard, Frankfurt, y Berlín, Google, Apple, Deutsche Bank y BMW.

Entre los beneficios que han visto están tener un enfoque consciente al momento de tratar asuntos fuertes y débiles, para que los empleados conozcan sus capacidades y debilidades sin intentar esconderlos y que se complementen unos a otros en el equipo; al mismo tiempo, evita los actos impulsivos obteniendo una mayor flexibilidad a la hora de tomar decisiones y un feedback claro y orientado en el aprendizaje.

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