El home office es una tendencia creciente en el mundo. Se estima que más allá del 2020, el 50% del desempeño de algunas tareas podrán hacerse en forma remota, por lo que la fuerza laboral necesita adaptarse a este esquema de trabajo.

Para muchos, el gran problema es cómo separar el espacio personal del profesional, ubicar un lugar fijo distinto a la sala o la cocina para enfocarse en el trabajo; y además, cómo evitar distraerse permanentemente por temas domésticos.

Estas son algunas ideas prácticas para implementar:

1. Determinar un lugar específico de trabajo en el hogar
La productividad aumentará sensiblemente si asignas un escritorio, que puede ser un rincón o un espacio compartido, dedicado exclusivamente a los temas de trabajo. Allí tendrás todos los materiales necesarios, archivadores, pizarras, y hasta elementos para tus momentos de distensión, con la menor cantidad de interrupciones posibles.

2. Trabajar desde casa es un trabajo formal
Muchas personas confunden que estar haciendo labor home-office no es tan riguroso como ir a la oficina cada día. Sin embargo, exige un alto nivel de responsabilidad, compromiso y cumplimiento. Se trata de la disciplina, que aquí se aplica más que nunca.

La recomendación es que tengas un cronograma de días y horarios establecidos formalmente; que lo cumplas y que destines esas horas exclusivamente a las tareas y proyectos, por más que no debas concurrir en forma presencial.

3. Vístete como si fueses a trabajar
El cerebro necesita de rutinas y el inconsciente acciona mejor cuando le das ciertos procesos para que libere la energía necesaria para despertar tu creatividad, entrega e innovación. Al hacer home-office muchas personas se imaginan trabajando en pijama, pantuflas o de entrecasa. Si bien se permite estar cómodo, para reforzar tu auto disciplina establece rutinas, horarios y ciertas formalidades en cuanto a tu vestuario. Aunque parezca menor, esto permitirá que te enfoques mejor en el logro de los resultados y que no haya diferencia entre ir a la oficina o trabajar desde tu casa.

4. Mantén al día los compromisos de trabajo
Al estar fuera del “radar” físico de tu superior, es posible que una parte tuya quiera saltarse algunas normas. Sin embargo, el home-office no te exime de cumplir con los acuerdos laborales, fechas de entrega, reuniones (virtuales o presenciales) y la entrega de reportes. Es más: al trabajar remoto, sobre todo cuando una empresa recién empieza a incorporar esta modalidad, por lo general se te exigirán más resultados que cuando estabas en la oficina.

5. No mezclar la vida profesional con los temas personales
Hacer trámites, compras on-line que interrumpirán tu trabajo para recibirlas, cuidar de los niños muchísimas horas, atender y mantener la casa en orden, es otro trabajo en paralelo. Si haces home-office necesitas disciplinarte para no mezclar ambos espacios, ya que, de lo contrario, tu vida se volverá un caos. A mayor organización y claridad, aumenta proporcionalmente tu productividad.

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