Acostumbrarse a trabajar desde un mismo lugar a diario, ayudará de forma consciente o inconsciente a que asocies el espacio con tu trabajo y con la concentración para trabajar.
Cuando te concentras a realizar una tarea en específico, sin distracciones, puedes hacer tu trabajo en el tiempo previsto. Si trabajas en pijamas desde la cama o en el sofá, es más fácil caer en distracciones.
No niego que parte de las facilidades de trabajar en casa está en que de vez en cuando puedas dormir un poco más, revisar o responder correos envuelto en las sábanas en un día lluvioso o de mucho frío, pero no debemos hacer de esto un hábito, sino la excepción a la regla.
Seguro ya estás convencido de tener tu espacio de trabajo en casa. Ahora ¿Qué es lo más importante al momento de destinar ese espacio? ¿Debe ser grande? ¿Debo estar totalmente aislado? ¿Tener un espacio cerrado?
La respuesta a esas interrogantes dependerá de ti. Tu espacio de trabajo debe estar diseñado a la medida de tus posibilidades y necesidades.
Pero debes considerar tres aspectos fundamentales: comodidad, ergonomía y seguridad.
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