PARA MEDITAR UNA PAUSA … NOS AYUDA A CONCENTRARNOS

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Mucha gente se imagina que la meditación requiere un ambiente 100% tranquilo y silencioso, bastante tiempo libre, y la capacidad de realizar y mantener la tradicional posición de loto. Pero eso no es del todo cierto, ya que muy pocas personas en el mundo tienen acceso a ambientes completamente pacíficos, disponen de mucho tiempo libre o tienen la habilidad para realizar la posición de loto.

El ritmo de vida apresurado se ha convertido en algo muy común entre los profesionales y existe una sobresaturación de actividades en el mundo corporativo. La realidad es que la suma de todo esto puede generar cuadros de ansiedad, estrés, depresión e incluso pérdida de concentración. Y para aquellos que buscan una mejor calidad de vida, mejores resultados en el día a día, o una promoción en el trabajo, estos factores pueden ser perjudiciales.

La meditación se puede hacer en casi cualquier lugar. Por lo tanto, es importante quitarnos de la mente algunas creencias falsas sobre sobre ella, e invertir el tiempo en conocer algunas técnicas sencillas.

Planteamos tres ideas básicas que pasan por encontrar una posición relajada, generar silencio y concentrarse.

Encontrar una posición cómoda

Esto puede ser incluso en el escritorio de trabajo, mientras te sientas cómodo y consigas un ambiente silencioso. Quítate zapatos y afloja la corbata. Es importante silenciar por unos minutos el celular y la computadora, ya que éstos son los principales productores de estrés diario para todas aquellas personas que pasamos más tiempo en la oficina que en casa.

Y no, no es necesario intentar la posición de loto. Pero claro, si se cuenta con la habilidad y la elasticidad para realizarla, mejor. Lo principal aquí es evitar aquello que conocemos como “distracciones externas” y estar en una posición que permita que el aire fluya libremente por todo el cuerpo.

Crear un entorno silencioso

El objetivo es alcanzar tranquilidad total. No será la cosa más fácil, porque el mundo hace ruido y aún más en el entorno corporativo. Aprovecha que los dispositivos alrededor están silenciados e intenta retirar cualquier pensamiento de la mente. Cierra los ojos y presta atención a la respiración, en los movimientos del pecho, y en el recorrer del aire a través de las vías respiratorias.

Según una reciente encuesta realizada por la escuela de medicina de Harvard, cuando el oxígeno llega a todas las regiones del cerebro, la actividad cognitiva queda preservada del estrés. Y este es el primer paso para convertirse en más sano y productivo mentalmente.

Dedicar al menos 5 minutos a ese momento de silencio interior parece poco, pero en realidad no lo es. Cada día, podemos aumentar el tiempo en 1 o 2 minutos, hasta llegar a los 10 o 15. Lo importante es que se logre la relajación, oxigenar bien el cerebro, bajar la adrenalina, el estrés y volver a sentirse bien.

La clave es la concentración

Este consejo es especialmente interesante, porque funciona como un escape de la oficina. Principalmente si trabajamos en un lugar muy bullicioso. En primer lugar, es importante saber que la meditación consiste en una reprogramación del cerebro, logrando que sea capaz de digerir la mayor cantidad de información posible de manera clara, jerarquizada y organizada.

Después de cumplir la primera etapa, ahora el objetivo es establecer un tema en nuestra mente, cualquiera que sea, de preferencia nada que tenga que ver con el trabajo.

Con los ojos cerrados podemos pensar en un escenario que nos dé placer. A mí normalmente, me gusta pensar en una playa desierta con aguas claras. Después podemos ir añadiendo elementos a él, siempre explorando cada elemento en sus dimensiones, sus particularidades, sus aromas, sus significados dentro del escenario que elegimos.

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