“Algunas personas solo existen como ejemplos de lo que hay que evitar ser”
Todo el mundo ha tenido que lidiar con personas problemáticas en algún punto de su vida. En una situación ideal, es una persona que puedes mantener alejada de tu espacio personal y que no te afecta de una manera directa ni constante. Sin embargo, a veces la persona tóxica está en la oficina.
Los expertos lo definen: “No hablamos de un trabajador desmotivado, ni de un trabajador incompetente, ni de uno que odia a la empresa en la que trabaja, ni siquiera aquellos que roban o sabotean. Una persona tóxica es aquella que conscientemente manipula su entorno con el objetivo de crear un clima de desconfianza entre sus compañeros que acaba convirtiéndose en acoso hacia algunos de ellos”
Y en consecuencia, algunas de las recomendaciones que se dan en los grupos laborales son:
1) Presentar tus límites, déjale saber qué estás dispuesto a tolerar y qué no. Déjalo lo más claro que puedas.
2) Buscar posibles soluciones. La persona tóxica no lo hará, así que si esperas tener soluciones a la situación, dependerá enteramente de ti.
3) Identificar exactamente qué es lo que te molesta de la persona y aprende a comunicarlo de una manera asertiva y sobre todo, pacífica.
Cuando tenemos la capacidad de responder la agresión con amabilidad y calma, el agresor se queda sin armas, porque no le permitimos tomar el control de la situación ni cedemos ante su provocación.
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