TRABAJO FLEXIBLE UN CAMBIO DE PARADIGMA

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Las culturas corporativas que tienen en cuenta este balance entre vida personal y laboral, funcionan para atraer talento y reducir la rotación. Un cambio de paradigma en este sentido en la política de la empresa, respecto del balance entre el trabajo y la vida personal de los empleados, puede significar un incremento de la satisfacción de los colaboradores en un 95%, y funciona además como un «imán» para atraer a los talentos.

El auge del «work-life balance» dio lugar al desarrollo de los más variados esquemas de flexibilidad dentro de las compañías desde aquellos relacionados con los horarios, pasando por la posibilidad de trabajar en remoto, hasta los retornos graduales luego de una licencia.

Estas políticas cada vez cobran mayor relevancia para atraer y retener talento en posiciones que son clave para el negocio. Sin embargo, sin un plan genuino detrás que esté avalado por la cultura organizacional, pueden terminar no siendo efectivas.

«Desarrollar e implementar políticas de flexibilidad va más allá de promover una acción puntual. Implica concebir al mundo laboral desde una mirada diferente en lo que hace al espacio y tiempo, entendiendo que la productividad de un directivo no siempre está dada por la cantidad de horas que trabaje o la presencia en la oficina, sino por el cumplimiento de sus objetivos», analizó al respecto Brenda Barán, Socia Directora de Glue Executive Search.

En ese sentido, la danesa Camilla Kring, creadora del método Life Navigation -quien recientemente visitó la Argentina en el marco del seminario Núcleo del IAE Business School- es contundente: «Hay que romper con los esquemas tradicionales de trabajo que nos privan de mejorar la productividad y calidad de vida, como la noción de que aquel que no está en la oficina, no está trabajando o que hay que trabajar 8 horas diarias para ser productivo».

«Esto supone generar un verdadero cambio cultural dentro de la organización y para ello, es necesario contar con el apoyo de quienes ocupan niveles jerarquicos», añadió Kring.

Su método propone mejorar el balance entre la vida laboral y personal a través de la lente de los ritmos biológicos considerando: tiempo, objetivos, ritmos y espacios.

Apunta a crear culturas de trabajo flexible que se adapten a las personas, por ejemplo, de acuerdo a si tienen mejor desempeño por la mañana o por la tarde.

El método se basa en tomar conciencia y control del tiempo, determinar objetivos personales y laborales, y por último, entender en qué momento del día se es más activo y productivo para potenciar ese tiempo al máximo.

También requiere identificar cuál es el mejor espacio para llevar a cabo cada actividad (ya sea laboral o personal). Aquellas compañías que lo han implementado, incrementaron la satisfacción de su personal por la conciliación entre la vida laboral y personal de un 39% al 95%.

Esas compañías disminuyeron la rotación del 31% al 10%, y se convirtieron en empresas más atractivas para trabajar ya que la recepción de CV no solicitados creció en un 300 por ciento, según indicó Glue en un comunicado.

«Aunque no todas las posiciones directivas de todas las áreas son compatibles con todas las modalidades de flexibilidad, lo cierto es que hoy, gracias al avance de la tecnología, no hace falta estar ‘insitu’ para tomar decisiones. Un ejecutivo puede dar respuesta inmediata y tomar decisiones desde cualquier lugar donde esté, a través de un dispositivo móvil que tenga conexión a internet», ejemplificó Barán.

«Esto dinamiza el trabajo y le da la posibilidad al directivo de generar un mejor equilibrio personal y laboral. Las empresas que se animen a cambiar la manera de concebir el trabajo, serán las que efectivamente logren captar y retener a los mejores», sentenció la reclutadora especializada en cargos directivos.

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